Numerosas son las enfermedades que afectan a las aves,
por lo que antes de comenzar a enumerarlas, debemos hacernos algunas preguntas
que nos ayudaran a comprender cómo podemos llegar a reconocerlas.
2.1 ¿Qué causa la enfermedad?
Es la primera de esas preguntas, ya que si sabemos
cual es el agente causal, podemos identificar el tipo o grupo de enfermedades
que nos vamos a encontrar.
Entre
éstos tipos o
grupos tenemos enfermedades
causadas por bacterias,
virus, hongos, parásitos
internos y parásitos externos.
Las enfermedades producidas por bacterias, están ligadas en su mayoría a
infecciones respiratorias, infecciones de la sangre, infecciones intestinales o
una combinación de cualquiera de las tres o de todas.
Dentro de este grupo encontramos: Colibacilosis,
Mycoplasmosis, Cólera Aviar, Coriza infecciosa, Enteritis necrótica, Enteritis
ulcerativa, Tifoidea aviar, Salmonelosis, Staphilocococcia, Streptococcia,
Erisipela, entre las más importantes.
Las enfermedades cuyo agente causal es un virus, tales
como: Viruela aviar, Newcastle, Bronquitis infecciosa, Leucosis linfoide,
Gumboro o Bursitis,
Laringotraqueítis aviar, Influenza
aviar o Peste
aviar, Encefalomielitis, Marek,
en su mayoría son altamente contagiosas, de rápida diseminación y afectan los
sistemas respiratorios, circulatorios, digestivos, reproductivos, nerviosos,
inmunológicos de las aves.
Para el caso
de las enfermedades
causadas por hongos,
Aspergillosis, Micotoxicosis y
Moniliasis, podemos decir que
están relacionadas principalmente con deficiencias de manejo como la falta de
higiene, mala alimentación, etc. No son transmiten de ave a ave y afectan
principalmente el sistema respiratorio, digestivo y nervioso.
Las parasitosis
tanto internas (Ascaridiosis,
Lombrices cecales, Capillaria, Teniasis, Nematodos, Coccidiosis, Histomoniasis) como
externas (Ácaros, Piojos,
Pulgas adherentes, Chinches,
Garrapatas) están asociadas
gene-ralmente a las pérdidas de productividad ya sea carne o huevos,
pero tal vez su mayor importancia radique en el hecho de que son vía de ingreso para otras enfermedades por
contribuir con las causas que atacan el
sistema inmunológico de las aves
(estrés, irritación, anemia, debilidad, etc.).
2.2 ¿Qué aves afecta la enfermedad?
Dependiendo
de la enfermedad,
ésta se presentará
con mayor frecuencia
o únicamente en
un período o edad
determinada de las
aves. El conocimiento
de esta información
nos ayudará a
diferenciar ó discriminar
síntomas que no estén relacionados con la enfermedad y el momento en que
se presenta la misma, lo que facilitará la tarea para llegar al diagnóstico.
2.3 ¿Qué síntomas podemos ver en las aves vivas?
Todas las enfermedades presentan señales o pistas
(síntomas), que nos muestran o nos ayudan a descubrir qué es lo que está
pasando con nuestras aves. Estos síntomas muchas veces no son fáciles de identificar y
mucho menos de diferenciar, es por ello que del entrenamiento que le demos a nuestro ojo,
dependerá el resultado del diagnóstico (qué enfermedad puede ser). Este
entrenamiento, consiste en aprender a observar el comportamiento y la condición
corporal de las aves vi-vas, como así también de mirar cuidadosamente el cuerpo
y el interior de los animales muertos por causas desconocidas.
2.4 ¿Qué síntomas podemos ver en las aves muertas?
Muchas, sino todas, las enfermedades avícolas producen
lesiones (daños, cambios) características en los órganos internos de las aves.
Si queremos encontrar estos síntomas, debemos realizar exámenes en las aves
muertas, que nos permitan llegar hasta esas lesiones. En la chacra cuando se
faenan los animales sanos para el consumo de la familia, podemos aprovechar y
mirar las partes internas y externas de éstos. De ésta manera empezamos el
entrenamiento del ojo, aprendiendo a ver el tamaño, color y textura de los
órganos y partes de las aves en estado normal (sanas). Esta observación nos
permitirá identificar rápidamente las anormalidades cuando trabajemos con aves
enfermas.
¿Cómo hacemos el examen?
Comenzamos mirando el exterior del ave y evaluamos el aspecto general de las plumas, el peso, el color de la piel y las patas. En los ojos miramos el color y tamaño, de las heces (bosta) percibimos el olor, color y consistencia. Nos fijamos el color de la cresta, las carnosidades y si hay descargas nasales (mocos), deformidades en patas y articulaciones. Buscamos piojos, ácaros, manchas, heridas o lesiones y picaduras.
Continuamos con
la garganta, el
tubo de aire
y las aberturas
nasales para ver
si hay nódulos,
crecimientos u olores a
pudrición. Luego abrimos el ave con un cuchillo o tijeras, cortando desde la boca,
para buscar lesiones, excesos de sangre o mocos y otras anormalidades como
materias extrañas y/o nódulos. Para mirar los órganos internos, primero
quebramos las caderas del ave para que
quede plana, luego perforamos y cortamos la piel desde abajo del esternón hasta
la cabeza. Sacamos la piel y cortamos a través del centro del esternón,
retiramos la pechuga y los huesos con mucho cuidado para no romper los órganos
y observamos si tiene líquidos en la cavidad. Raspamos el buche y miramos si
hay gusanos, hongos u otros problemas. Vemos el hígado, si es de color marrón
oscuro es normal, además buscamos lesiones o nódulos. Miramos el corazón, el
bazo y los bronquios para encontrar lesiones, hemorragias en la grasa, materia
cremosa o líquido en el interior y nódulos.
Observamos el
color y la textura de
los pulmones, si son de
color rojo oscuro y se
hunden en el agua,
no es normal. Además buscamos líquidos, tumores, nódulos, y congestión
Sacamos los intestinos y vemos si las paredes intestinales están gruesas, o tienen
tumores, nódulos o hemorragias,
cortamos los intestinos
y buscamos lombrices,
sangre, inflamación y
exceso de mucosidad
y otros problemas. Abrimos el estómago y miramos si
hay hemorragias, lombrices o inflamación y úlceras o pellejos salidos en la
molleja. También vemos el tamaño y el color de la hiel (debe ser verde). En
ponedoras, examinamos el ovario y el oviducto en busca de excesos de grasa y
roturas.
2.5 ¿Cómo se transmite o contagia la enfermedad?
Otro factor importante que debemos conocer de las
enfermedades es su forma de transmisión o vía de contagio. Muchas enfermedades
son altamente contagiosas o de rápida diseminación, otras pueden transmitirse
al hombre y otras sencillamente no se contagian de ave a ave o de ave a humano.
Conocer cada una de éstas nos será de gran utilidad a la hora de definir cuál o
cuáles son los métodos más eficientes tanto para su prevención como para su
control o tratamiento.
2.6 ¿Qué podemos hacer para prevenir la enfermedad?
Es la pregunta que debemos hacernos antes de pensar
cualquiera de los posibles tratamientos que puedan usarse para controlar la
enfermedad, ya que muchas se pueden evitar desde la prevención. A la hora de
hablar de PREVENIR enfermedades, podemos decir que tenemos que tener como reglas
generales las siguientes:
- Mantener limpia la zona alrededor de los gallineros.
- Retirar toda la cama del gallinero lavarlo y desinfectarlo junto con el equipo (bebederos, comederos) con algún compuesto soluble en agua (amonio cuaternario, fenol, cloro) y aplicar un insecticida de uso avícola antes de introducir las aves.
- Sacar la cama y residuos tan lejos como se pueda.
- Considerar incluir un período de reposo (mínimo de dos semanas) entre las camadas que entren al gallinero.
- Controlar roedores e insectos.
- Comprar aves que provengan de lotes libres de enfermedades y siempre que sea posible mantenerlas aisladas de las otras aves que ya tenemos. Usar jaulas de plástico limpias para el traslado de las aves.
- Evitar mover y mezclar grupos de aves.
- Evitar el contacto de las aves con otras silvestres o mascotas de diferentes edades o especies, que llegan a la chacra.
- No causar estrés en las aves.
- Observar las aves todos los días.
- Lavarse las manos después de manejar aves de diferentes grupos.
- Mantener buena ventilación, cama seca y temperatura apropiada en los gallineros.
- Tener un macho por cada doce hembras, en los grupos de reproductores. Todas las aves deben contar con agua y comida diariamente.
- Suministrar la cantidad de alimento de acuerdo a la edad.
- Mantener los comederos a la altura del dorso de las aves.
- Cuando se cambia de alimentos, hacerlo gradualmente.
- Almacenar el alimento en lugares donde no lo contaminen insectos y otras plagas.
- Suministrar agua limpia a las aves, en forma permanente.
- Desinfectar los bebederos y comederos (diariamente).
- Evitar las fugas de agua.
- Seguir un buen programa de vacunaciones.
- El espacio que necesita cada ave deberá estar adecuado a la forma en que son alojadas (piso, jaulas) y a la edad, sexo, y peso. Controlar el canibalismo.
- Seguir el programa de iluminación recomendado.
- Mantener nidales limpios y ventilados.
- Cerrar los nidales por la noche.
- Eliminar las aves muertas rápidamente, quemándolas o enterrándolas con cal viva.
- Usar botas plásticas o desinfectantes para los pies, cuando se entre en los gallineros.
- Evitar el ingreso en los gallineros de visitantes, vecinos o extraños que pueden ser fuentes de transmisión de enfermedades.
2.7 ¿Qué podemos hacer para controlar la enfermedad?
Así como existe una extensa lista de enfermedades que
afectan a las aves, también existe una larga lista de tratamientos y productos
que se utilizan para su control. Generalmente cuando se presenta una enfermedad
que afecta nuestras aves, lo primero que pensamos es ¿qué
"remedio" o qué
"receta", puedo usar?;
pero como vimos,
debemos responder muchas
otras preguntas antes
de llegar a ésta última. El
diagnóstico clínico (los síntomas que podemos ver en las
aves a simple vista) y los análisis
de laboratorio (los síntomas que no podemos ver en las aves a simple
vista) son prácticas indispensables para llegar al tratamiento más apropiado y
efectivo de la enfermedad. Cabe
recordar que el
control más efectivo
de las enfermedades
asociadas con las
aves, es el
que realizamos desde la
PREVENCIÓN.

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