Primer paso: ¿Qué gallina escojo?
Lo primero que debemos tener en cuenta debe ser, más que la raza, el estado de salud de los ejemplares que vayas a adquirir. Hay una serie de trucos, que a continuación te vamos a mostrar, para comprobar el estado general de salud de una gallina o pollo:
- Fíjate en si está activa. Una gallina que muestra actividad es una gallina sana.
- La postura es un indicador de salud. Una postura decaída o torcida nos indicará mal estado.
- Los ojos deben ser vivos y vistosos.
- No debe tener ningún resto de mocos en las narinas (nariz de las gallinas, en la parte superior del pico).
- La cresta debe de presentar un color llamativo y vivo. Por ejemplo, una cresta morada podría indicar problemas circulatorios.
- Examina el plumaje, que es otro buen indicador de salud. A simple vista se observa si una gallina o pollo tiene un plumaje correcto o no.
Segundo paso: ¿Dónde pongo mis gallinas?
Bueno, la respuesta es bien sencilla: en un gallinero. Pero es conveniente puntualizar ciertos aspectos en cuanto a los gallineros. En general, todos coinciden en ciertas características esenciales que deben cumplir para cubrir las necesidades de sus habitantes, como son:
- Ser de un tamaño y de una forma apropiados para el número de aves que queramos tener.
- Estar hechos de materiales impermeables.
- Presentar una ventilación conveniente.
- Estar provistos de una puertecilla
- Deben presentar ponederos y perchas.
- Obligatoriamente deben disponer de un "parque", dado que las gallinas, para poner huevos, necesitan un mínimo de 14 horas de luz al día.
Estas serían las condiciones generales que debe cumplir un buen gallinero, pero debemos profundizar un poco más en la cuestión del tamaño y de la ventilación:
- En cuanto al tamaño, es conveniente planificarse bien y calcular primero el número de gallinas que queremos mantener, pues el espacio es un factor capital que, si falta, puede causar gran estrés a nuestras gallinas. En general, cuanto más espacio mejor, pues esto también les permitirá moverse a sus anchas y, de este modo, ejercitar sus músculos y mejorar su salud general, lo que también se traducirá en una mejor calidad en los huevos que pongan.
- Si hablamos de ventilación, es preciso apuntar que se trata de un factor determinante, pues un gallinero que esté bien aireado y que reciba buena luz, será un ambiente saludable y grato para nuestras gallinas. Pasar por alto este factor nos puede costar caro, pues un ambiente sin ventilación puede provocar incluso que las aves contraigan afecciones respiratorias graves.
Tercer paso: Cuidados y alimentación.
En cuanto a los cuidados diarios que necesitará nuestra bandada de gallinas, destacamos por su importancia los siguientes:
- Debemos dejar salir a nuestras gallinas del gallinero por la mañana, que paseen, que anden, que corran...pero también debemos acordarnos de volver a meterlas al anochecer, que estén a salvo de posibles depredadores. Este cuidado es esencial. Una gallina que pasea libremente cuando le place, es una gallina cuyos huevos serán de excelente calidad.
- Debemos procurar "camas" adecuadas para nuestras gallinas. Llamamos cama a la base sobre la que reposarán las gallinas dentro del gallinero. Estas camas las podemos preparar con diferentes materiales, siendo muy recomendables las virutas de madera, las virutas o productos a base de cáñamo o la paja troceada. También hay materiales con los que no se recomienda hacer las camas, como por ejemplo el heno, que tiene la característica de albergar con facilidad gran cantidad de esporas de hongos, pudiendo causar daños graves a nuestras gallinas.
- Habrá que proporcionarles un espacio para que se den sus instintivos "baños de polvo". El baño de polvo es una necesidad instintiva que tienen las aves, y adecuar una zona con arenas o cenizas para que cubran esta necesidad reportará grandes beneficios en términos de salud de los animales. En caso de que las gallinas tengan permitida la salida al campo, serán ellas mismas las que elijan el lugar donde realizarán estos baños tan especiales.
- Limpiar el gallinero: Normalmente bastará con limpiar nuestro gallinero una vez por semana o cada dos semanas, procurando hacerlo a conciencia y llegando a todas las esquinas, con el fin de evitar que aparezcan parásitos u otros visitantes inesperados como ácaros. El proceso general de limpieza en sencillo en sí, y solamente constaría de dos pasos: 1) Quitar las virutas (o el material que hayas elegido para hacer las camas) viejas del gallinero. 2) Sustituir la cama, es decir, esparcir nuevo material (viruta, cáñamo...), procurando hacer una capa de buen grosor, especialmente en las estaciones frías.
- Alimentación: Este es un punto importante y en el que nos debemos centrar con especial atención. Dado que la cría de gallinas va extendiéndose más paulatinamente, hoy en día es muy sencillo encontrar alimentos ya hechos especialmente para la alimentación de pollos y gallinas. En concreto nos estamos refiriendo a los alimentos premezclados, cuya comercialización es cada día mayor, y los cuales tienen una composición especial para cubrir las necesidades nutritivas de las gallinas según su edad.
- Puedes complementar su dieta con otro tipo de alimentos frescos, tales como semillas (maíz, trigo...), verdura fresca, arroz, pasta...pero siempre debes tener cuidado de no darles ningún alimento que contenga sal o carne. En cuanto al alimento, al igual que en muchas otras facetas, las gallinas prefieren la rutina, de modo que lo más sencillo será darles de comer dos veces al día (siempre a las mismas horas) o dejarles una tolva para que sean ellas las que se alimenten durante el día
- Agua: Como cualquier otro ser vivo, necesitan agua constantemente para vivir. Para esto, lo mejor es disponer de bebederos especiales. Será preferible colocar estos bebederos en un lugar sombreado, pues las gallinas prefieren el agua fresca.
Cuarto paso: Huevos.
Una vez nuestros pollos y gallinas tengan todos los anteriores factores cubiertos, llevarán una vida saludable y satisfactoria, y esto se notará en la calidad de los huevos que pongan.
A los 6 meses de edad aproximadamente, una gallina normal empezará a poner huevos, que podrás destinar a tu propio consumo y el de los tuyos o a tener más pollitos. Esto depende de si tenemos gallo o no lo tenemos. En caso de tener gallo, este fecundará los huevos, haciéndolos fértiles y pudiendo eclosionar si son incubados por las gallinas. Por otro lado, si no tenemos gallo, las gallinas seguirán poniendo huevos (probablemente en menor medida), pero éstos no serán fértiles, y serán exclusivamente para el consumo alimenticio.
Cuando recojas los huevos, debes en primer lugar limpiarlos con mucho cuidado y en seco, aunque una buena práctica será mantener las camas limpias (que las virutas no sean viejas), de modo que no tengas que limpiarlos prácticamente.
También
en la recogida, deberás mostrar atención a la consistencia y dureza de los
huevos que pongan tus gallinas. Si notas que los huevos tienen la cáscara
blanda, será señal de que a tus gallinas les hace falta consumir más calcio,
momento en el cual deberás aportarles suplementos alimenticios formulados
concretamente para estos casos (su comercialización es frecuente).
Las
anteriores líneas pretenden ser una guía breve y básica para ayudarte en tu
camino como criador de gallinas novato, pero ten en cuenta que la mejor guía
será tu propia experiencia de campo. No hay mejor profesor que tú mismo.
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